Por donde quiera que Usted, mi estimado lector, camine o pasee en Cuenca, podrá apreciar la belleza que caracteriza a esta ciudad de los cuatro ríos, no tres, como alguien diría en un episodio de mucha belleza pero poco criterio.
Y no sólo lo linda que es nuestra ciudad se puede observar al transitar en "autopatas", en bici o en carro. También se puede observar en todo lado una serie de trabajos que si bien hoy ocasionan molestias a los habitantes y visitantes; más tarde aportarán a su comodidad y mejorarán el nivel de vida. Como quien dice: celeste aunque cueste.
Trabajos de mantenimiento vial, construcción de nueva infraestructura hidrosanitaria, avances en el proyecto de tranvía para Cuenca, son entre otras las labores que se pueden apreciar pero que algunos no las perciben porque no les interesa o sencillamente se hacen de la vista gorda.
Hay unos cuantos que incluso critican la supuesta falta de obras; no obstante y muy a su pesar, el Gobierno Autónomo Descentralizado Municipal de Cuenca no ha cesado en ningún momento en sus actividades.
Por ejemplo, trámites van, trámites vienen para obtener los recursos comprometidos para el tranvía por el Gobierno Nacional; gestiones ante la empresa privada que han dado como resultado un apoyo financiero concreto son parte de las acciones que se han desarrollado sin descanso.
Bien dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver; ni peor sordo que el que no quiere oir; la obra municipal está en todas partes. Está en su casa querido amigo; en su vecindario; en su barrio o parroquia y en toda la ciudad y claro, sólo se la puede apreciar cuando se la mira con los ojos de la gratitud a las autoridades que obtuvieron el voto mayoritario de los cuencanos y ahora están al mando de esta bella Santa Ana de los Ríos.