La Municipalidad de Cuenca está empeñada en preservar a los anfibios urbanos, como un aporte para la conservación adecuada del entorno y las especies que pueden correr riesgos ante diferentes factores como la polución u otros agentes contaminantes.
Eso de proteger a los anfibios me trae a la mente que en este grupo de vertebrados existe una extensa gama de especímenes. Los batracios, las ranas o los sapos son una parte de este complejo mundo que nos rodea.
Entrando en materia, en la lengua cuencana hay diversas acepciones de sapo, entre ellas una que se refiere a las personas que se pasan de vivas o que les encanta el chisme, el cuento y hasta les gusta vivir del resto.
Con esta campaña la actual administración municipal se merece otro aplauso porque es chévere que se cuide a los anfibios; claro que aquí vale la pena un punto de orden: la propuesta es excelente y más aún cuando los "sapos" quedan excluidos.
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